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O, también, podríamos defnir al ser humano como el animal trágico. Pues ¿qué otra cosa es la tragerdia sino la vivencia agonística de la fractura entre el ser humano y el mundo?
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Cuanto más humano es alguien tanto más desea y demanda, tanto mayor es la brecha. Y si es héroe, lucha y perece. Y si es artista, intenta llenar la brecha con formas.
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Si el ser humano, en cuanto humano, lleva dentro de sí la desgracia, ciertas categorías de seres humanos tienen la propensión a ella. E incluso ciertas naciones. Entre ellas, sin duda alguna, los griegos. Los griegos de hoy.
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La tesis de este libro es que los griegos de hoy, por su historia, herencia y carácter, presentan mayor brecha entre deseo y realidad que el común de los mortales.
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Es decir que si ser humano implica ya la certeza de cierta cantidad de desgracia, ser griego augura una cuota mayor.
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Hablamos de la “desgracia de ser griego”
La desgracia de ser griego II (Nikos Dimou)
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